Frente al informe de avance surgido del Consejo Asesor Presidencial de Educación, el pasado viernes, la Democracia Cristiana Universitaria declara lo siguiente:
En su aspecto general valoramos el esfuerzo realizado, como así mismo el diagnóstico que se aprecia respecto al estado de la educación en nuestro país. Sin duda es un avance el reconocimiento que se hace al respecto, lo que implica necesariamente la realización de cambios profundos en los diversos ámbitos, por cuanto el informe es categórico en señalar las grandes falencias de nuestro sistema educativo. Todo ello no es más que la verificación de una realidad que se viene constatando en nuestro país hace mucho tiempo.
Aspectos fundamentales como la necesidad de generar una nueva legislación, como una nueva ley orgánica, se hacen evidentes a la luz de lo que se plantea, y los criterios que apuntan a una educación de calidad y una educación con equidad son justamente aquellos que como sociedad debemos apuntar. También valoramos los énfasis en regulación, participación de la comunidad en el desarrollo de los proyectos educativos, transparencia en la gestión, estándares de calidad, importancia del cuerpo docente y su capacitación, necesidad de cambios institucionales, etc. Asimismo rescatamos la crítica que se hace respecto a la necesidad de generar procesos innovadores a nivel de enseñanza.
No obstante todo lo anterior, somos conscientes de la necesidad de darle un carácter más ejecutivo al Consejo, y propugnamos por una mayor profundización en los temas tratados. Varios son los temas que aún no son analizados, y que revisten vital importancia, como financiamiento, educación superior y otros. Si bien compartimos los diagnósticos, pedimos señales más claras por parte del ejecutivo y el poder legislativo respecto a los avances del Consejo, y las eventuales medidas o políticas que se requieran adoptar. Por lo mismo, rechazamos desde ya declaraciones de personeros de derecha que sutilmente buscan deslegitimar las conclusiones o propuestas emanadas del Consejo, y que además rechazan globalmente el informe por cuanto apuntaría a una eventual reestatización de la educación.
Valoramos el avance del Consejo, que implica a futuro la necesidad de cambios profundos en la educación, pero esperamos señales más claras y concretas por parte de las autoridades, y una mayor profundización de los temas tratados por parte del Consejo.
En su aspecto general valoramos el esfuerzo realizado, como así mismo el diagnóstico que se aprecia respecto al estado de la educación en nuestro país. Sin duda es un avance el reconocimiento que se hace al respecto, lo que implica necesariamente la realización de cambios profundos en los diversos ámbitos, por cuanto el informe es categórico en señalar las grandes falencias de nuestro sistema educativo. Todo ello no es más que la verificación de una realidad que se viene constatando en nuestro país hace mucho tiempo.
Aspectos fundamentales como la necesidad de generar una nueva legislación, como una nueva ley orgánica, se hacen evidentes a la luz de lo que se plantea, y los criterios que apuntan a una educación de calidad y una educación con equidad son justamente aquellos que como sociedad debemos apuntar. También valoramos los énfasis en regulación, participación de la comunidad en el desarrollo de los proyectos educativos, transparencia en la gestión, estándares de calidad, importancia del cuerpo docente y su capacitación, necesidad de cambios institucionales, etc. Asimismo rescatamos la crítica que se hace respecto a la necesidad de generar procesos innovadores a nivel de enseñanza.
No obstante todo lo anterior, somos conscientes de la necesidad de darle un carácter más ejecutivo al Consejo, y propugnamos por una mayor profundización en los temas tratados. Varios son los temas que aún no son analizados, y que revisten vital importancia, como financiamiento, educación superior y otros. Si bien compartimos los diagnósticos, pedimos señales más claras por parte del ejecutivo y el poder legislativo respecto a los avances del Consejo, y las eventuales medidas o políticas que se requieran adoptar. Por lo mismo, rechazamos desde ya declaraciones de personeros de derecha que sutilmente buscan deslegitimar las conclusiones o propuestas emanadas del Consejo, y que además rechazan globalmente el informe por cuanto apuntaría a una eventual reestatización de la educación.
Valoramos el avance del Consejo, que implica a futuro la necesidad de cambios profundos en la educación, pero esperamos señales más claras y concretas por parte de las autoridades, y una mayor profundización de los temas tratados por parte del Consejo.
DCU
Universidad de Chile